En un hito histórico para el transporte sostenible, se estima que para agosto de 2019 se completará la construcción del primer tren solar turístico que recorrerá un trayecto desde Argentina hasta el Cusco, Perú. Las vías para este innovador proyecto comenzaron a colocarse en febrero de 2018, y su objetivo principal es ofrecer viajes turísticos con un enfoque ecológico.
El punto de partida del tren será la provincia de Jujuy, en el norte de Argentina. Se espera que para agosto de 2019 se haya completado un tramo de 20 kilómetros que unirá Jujuy con las localidades de Purmamarca y Maimará. Este proyecto representa un gran avance en la tecnología de transporte ferroviario, siendo el segundo tren solar en funcionamiento en el mundo, después del Byron Bay en Australia[3].
Inicialmente, el tren contará con un vagón con capacidad para 240 pasajeros y alcanzará una velocidad máxima de 30 km/h. Pero lo que realmente distingue a este tren son los paneles fotovoltaicos instalados en los techos de los vagones. Estos paneles solares serán la fuente principal de energía, aunque el sistema también contará con un motor diésel hidráulico como respaldo.
El proyecto está siendo desarrollado por expertos internacionales que anteriormente participaron en la construcción del tren solar en Australia. La inversión para la primera etapa del proyecto se estima en 9 millones de dólares, y se requerirán 6 millones adicionales para la construcción de la segunda etapa que llevará el tren hasta Bolivia y, finalmente, a Cusco, con destino a la mágica Machu Picchu[2].
El tren solar en América Latina seguirá la traza del ferrocarril Belgrano Cargas, que fue puesto fuera de servicio hace 25 años. Este detalle es especialmente significativo ya que el trayecto se superpone con el histórico Camino del Inca.
Este ambicioso proyecto no solo busca revolucionar el transporte turístico, sino que también tiene el potencial de impulsar el turismo ecológico y sostenible en la región. Además, representa una oportunidad única para revitalizar infraestructuras ferroviarias que han sido abandonadas durante décadas.
En resumen, el primer tren solar turístico de América Latina es más que un simple medio de transporte; es un símbolo de innovación y sostenibilidad que promete cambiar la forma en que concebimos los viajes en la región.